El sábado estuvimos desde temprano en la piscina, porque la Amelia decidió madrugar a las 5.45 de la mañana... jaja...
Asique no nos quedó otra que levantarnos para aprovechar el calorcito caribeño y salimos a caminar por el condominio que tiene una cancha de golf y un río precioso..
Es exquisito estar acá, porque aunque llueve por lo menos una vez en el día, es tanto el calor que da lo mismo... y lo mejor es dormir con el ruido de las ranas, insectos y mirar las luciérnagas en el jardín..
Estuvo increible el paseo, descanso, calor, asado rico, mucho relajo y buena compañia... Aqui varias fotos para que vean como estuvo...


